Palabras del Gobernador Lic. Héctor Valdez Albizu en el acto de puesta en circulación de los resultados de la Primera Encuesta de Cultura Económica y Financiera de la República Dominicana

Buenas tardes.

En nombre de las autoridades del Banco Central y en el mío propio, les doy la más cordial bienvenida a este acto de puesta en circulación de los resultados de laPrimera Encuesta de Cultura Económica y Financiera de la República Dominicana, fruto de una estrecha colaboración interinstitucional y que marca un hito en la historia de este tipo de estudios en nuestro país.

Como recordarán, durante el Tercer Seminario Internacional de Comunicación organizado por el Banco Central en septiembre de 2013 con el tema “Avances y retos de la Educación Económica y Financiera”, anunciamos la aplicación de esta encuesta, como paso previo a la formulación de una Estrategia Nacional de Educación Económica y Financiera.

Para esta gran tarea, convocamos a varias instituciones con el objetivo de constituir una Mesa de Trabajo que quedó integrada por los ministerios de Economía, Planificación  y Desarrollo e Industria y Comercio; las Superintendencias de Bancos, Pensiones y Valores; la Asociación de Bancos Comerciales; la Liga Dominicana de Asociaciones de Ahorros y Préstamos; la Asociación de Bancos de Ahorro y Crédito y Corporaciones de Crédito; y el Banco Central de la República Dominicana.

Con la valiosa colaboración de dichas instituciones, el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo BID, y la asistencia técnica del Tesoro de los Estados Unidos de América, nos complace entregar esta tarde los resultados de la Primera Encuesta de Cultura Económica y Financiera de la República Dominicana, un importante aporte al análisis de las fortalezas, retos y oportunidades en cuanto al conocimiento, comportamiento y actitudes de la población dominicana sobre la economía y las finanzas.

En efecto, amigos: esta Primera Encuesta que se realiza en el país sobre este tema deberá representar para las instituciones públicas y privadas un diagnóstico muy útil para diseñar con un más acertado enfoque sus programas de educación económica y financiera, de tal manera que puedan contribuir en el mediano plazo a la formación de una ciudadanía mejor enterada sobre estos temas, y por tanto, con mayores posibilidades de éxito en asuntos relacionados, por ejemplo, con el ahorro, la inversión, el manejo de los instrumentos financieros, la participación en el mercado de valores o la comprensión de temas como la inflación, el mercado cambiario o el sistema de pensiones.

Hasta el momento, muchas de nuestras instituciones, incluyendo al Banco Central, estamos llevando a cabo programas educativos con resultados notables. Pero debemos admitir que esos programas responden a las necesidades detectadas por estudios parciales, sesgados en algunos casos por el interés particular de cada institución o por un sector determinado, o bien guiados sólo por la intuición y la buena voluntad de hacer algo positivo en beneficio de los usuarios del sistema financiero.

Con los resultados de esta Primera Encuesta de Cultura Económica y Financiera que damos a conocer hoy, dichos programas podrán basarse en la certeza que permite el estudio realizado, lo que significa que en lo adelante podrá usarse un mejor criterio para elegir los públicos objetivo, elaborar los mensajes clave, preparar los presupuestos, gestionar los recursos y evaluar los resultados.

Ahí, señoras y señores, radica la verdadera importancia de esta encuesta: en servir de brújula, de orientación, para encaminar todos los esfuerzos de educación económica y financiera hacia un fin común, sin digresiones, evitando duplicidades, optimizando los recursos y en el marco de una estrategia general  que, respetando las individualidades y características propias de cada quien, cohesione el trabajo de todas las instituciones involucradas en esta noble labor.

Aunque en un momento presentaremos los principales hallazgos de esta Primera Encuesta de Cultura Económica y Financiera, permítanme destacar que los resultados obtenidos confirman, como se asumía, que los dominicanos tenemos un bajo nivel de conocimiento sobre los temas relacionados con economía y finanzas. Este dato nos plantea un reto interesante y justifica redoblar los esfuerzos que realizamos para formar más y mejor a la población general sobre estos temas.

En contraste, el estudio revela que los dominicanos mostramos, quizás en mayor porcentaje que en otras naciones similares a la nuestra, una mejor actitud para aprender y comprender los temas económicos y financieros. Tenemos, entonces, un caldo de cultivo favorable para transformar positivamente la realidad actual y lograr la creación de una verdadera cultura económica y financiera en la República Dominicana.

Como verán dentro de un momento, esta encuesta, aplicada en 2,313 hogares de todo el país, ha medido, entre otros, los siguientes aspectos: quién participa en la toma de decisiones económicas y financieras en el hogar, nivel de conocimiento de los productos financieros y cuáles son los más usados, porcentaje de bancarización según segmento poblacional, manejo del presupuesto familiar, niveles de endeudamiento, práctica de juegos de azar, cultura del ahorro, nivel de información financiera, comprensión de conceptos económicos básicos, etc.

Es importante señalar que el cuestionario aplicado en la encuesta sigue el modelo utilizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, lo que permite la comparación de los resultados de nuestro país con estudios similares realizados en otros países del mundo.

Quiero reiterar que esta Primera Encuesta es sólo el primer producto que se obtiene del trabajo conjunto de la Mesa de Trabajo ya mencionada. El siguiente paso, que consideramos vital, es la formulación de una Estrategia Nacional de Educación Económica y Financiera que nos permita coordinar mejor todas las acciones que estamos llevando a cabo así como las iniciativas que sea necesario emprender a partir del análisis e interpretación de los resultados de este estudio. En ese sentido, invitamos a las Instituciones públicas y privadas que nos han acompañado en esta ardua tarea, así como otras que se quieran sumar, que continuemos realizando este hermoso esfuerzo de manera conjunta, para el logro de este objetivo, que habrá de redituar en beneficio de la población dominicana, toda vez que un país con mejor nivel de educación en materia económica y financiera, se traduce en mayor demanda de servicios financieros y consecuentemente en el ahorro y la producción.

Dicha estrategia se sumará a otras acciones que la autoridad monetaria y financiera ha llevado a cabo para fomentar la inclusión financiera, como los reglamentos de Tarjetas de Crédito, Microcrédito, Subagentes Bancarios y Sistemas de Pagos y la flexibilización de las normas sobre evaluación de activos, para otorgar financiamiento a la agropecuaria y manufactura; así como los esfuerzos para la creación de un nuevo registro de garantías mobiliarias, y del Proyecto de Ley de Garantías Reciprocas; esfuerzos que han sido destacados en la publicación realizada este mes por la Unidad de Inteligencia de The Economist en su “Análisis del entorno para la inclusión financiera 2014”.

El Banco Central, como parte de su programa formativo Aula Central, está contribuyendo modesta pero sostenidamente a la creación de cultura económica y financiera con sus diplomados de economía para periodistas, de los cuales ya se han impartido seis; su Concurso Anual de Economía, para estimular la investigación económica entre estudiantes y especialistas, el cual se aproxima a los 30 años de su creación; la competencia académica Economistas del Futuro dirigida a estudiantes de bachillerato, cuya tercera versión está actualmente en proceso, con participación récord de colegios y liceos; y sobre todo, con la formación básica en economía y finanzas de 540 maestros de las 18 regionales educativas del país, a través de un acuerdo con el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio INAFOCAM.

Para finalizar, deseo agradecer la valiosa colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo BID, en las personas de Flora Montealegre y Raúl Novoa; la orientación de Roxana Buendía, consultora de la Oficina de Asistencia Técnica del Tesoro de los Estados Unidos; el aporte del consultor y analista financiero Alejandro Fernández y su firma Argentarium; y el apoyo de las instituciones que conforman la Mesa de Trabajo, cuyos representantes, con sus sugerencias y opiniones, contribuyeron significativamente con la definición de objetivos y procedimientos.

Internamente, quiero felicitar a los departamentos de Regulación y Estabilidad Financiera, Cuentas Nacionales, Sistemas de Pagos y Comunicaciones, en las personas de sus respectivos directores: Ramón Rosario, Ramón González, Fabiola Herrera y Luis Martín Gómez, por su labor de implementación, coordinación y seguimiento de esta encuesta.

A todos ustedes, distinguidos representantes de instituciones económicas y financieras, economistas, comunicadores, muchas gracias por su asistencia y mi deseo de que obtengan el mayor provecho de este instrumento que felizmente ponemos en sus manos.

Muchas gracias.

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