Por un consumo inteligente

Pedrito, ilusionado, visitó el “dealer” de carros. Cumplía su primer año de trabajo, ganando RD$50 mil, y estaba alistándose para adquirir su primer vehículo. Tenía que decidirse entre uno nuevo y uno usado.

La de segundo mano era una “yipetica” japonesa negra. Estaba en excelentes condiciones. Aunque con cinco años de uso, su dueño la había cuidado como si fuera una bebé. ¿El precio? RD$500 mil.

A Pedro, eso sí, le tentaba la versión de último año del mismo modelo. Esa andaba por RD$1,500,000 pero el olor a nuevo y su sistema digital “Bluetooth” elevaba su índice BAM (el de “Bulto, Allante y Movimiento”) exponencialmente.

Casualmente, el joven contaba con RD$500 mil, ahorrados durante muchos años de trabajos “part-time” y obsequios que recibió desde que era niño.

De decidirse por el carro más costoso, contaba también con un préstamo “de feria” por RD$1,000,000 a una cuota fija excelente que le costaría RD$26 mil mensuales por siete años.

¿Cuál compraba? ¿Se financiaba o no?

Esas eran las preguntas que ocupaban a Pedrito y que, en estos días de “Viernes Negro”, deben ser motivo de reflexión para muchos compradores que convertimos, en tiempo récord, esta fecha en la de mayor actividad comercial del país.

Consejos para antes de comprar…

Primero: Piensa. Alguien muy sabia me dijo una vez que las cosas se disfrutan tres veces: Cuando se piensa en hacerlas, cuando se hacen, y cuando se recuerdan. Aplica para todo: Desde un viaje, una cena, el sexo… ¡Y hasta para las compras!

Segundo: A mayor el monto de la compra que vas a hacer, mayor tiempo debes regalarte para pensar en la decisión que estás a punto de tomar.

Tercero: Quizás te ayude, para darte cuenta de la importancia de este consejo, revisar algunas de las compras que has hecho en el pasado. ¿Una idea? Piensa en las compras que hiciste en el “Black Friday” de 2015. ¿Valieron la pena? Un año después… ¿Les estás sacando provecho?

Cuarto: Ayúdate. Sí, ayúdate. Todos tenemos nuestras debilidades y, para algunos de nosotros, una de ellas es la impulsividad. Lo escribe un ex fumador que, atento a esa impulsividad, despilfarró casi RD$4,000,000 en ese vicio por 25 años.

Quinto: ¿Cómo te puedes ayudar? De diferentes formas. Una de ellas, por ejemplo, puede ser evitando las tentaciones.

No es que no vayas al centro comercial, pero si vas y eres impulsivo, quizás sea una buena idea dejar tu cartera (bien resguardada, claro) en tu vehículo. Así, si te animas a comprar algo, tendrás que devolverte a procurarla. En ese proceso te regalarás un tiempo adicional para pensar, aún más, en lo que vas a hacer.

Sobre cómo pagas y lo que compras

Dime cómo pagas y te diré tanto lo que compras, como cuánto gastas en ello. Nadie sabe esto mejor que el buen comerciante, de la mano de su amigo banquero.

Mande a alguien a una tienda con (1) una tarjeta de crédito con un límite de RD$10 mil o (2) una tarjeta de débito de una cuenta de ahorros con un depósito de igual monto o (3) un sobre con veinte billetes (frescos y crujientes) de RD$500.

La misma persona. La misma tienda. Tres formas de pago. ¿Qué dice la ciencia? Que tenderá a gastar RD$10 mil con la tarjeta de crédito, RD$5 mil con la de débito y, posiblemente, ¡nada! si deja a la mismísima persona con el “cash”.

Más de un estudio confirma estos chocantes resultados. ¿Cuál es la razón? El dolor. Consumir con un dinero ajeno que nunca has visto y que te dicen que tendrás que pagar en 50 días, como son las tarjetas de crédito, no duele. ¿Hacerlo desprendiéndote de billetes frescos que están en tus bolsillos? ¡Duele! ¡Y mucho!

Quien mejor ha perfeccionado esta técnica es amazon.com. Si no me cree, revise las compras que ha realizado en el portal que inventó las compras “a solo un click”. Le invito, eso sí, que se tome un café bien azucarado para que no se desmaye frente a tanto dinero despilfarrado.

¿La mejor forma de pago para quien tiende a ser comprador compulsivo? El efectivo. Distribuido conforme a un presupuesto semanal en sobres con propósitos definidos (“Lo de los niños”, “Lo del salón”, “Lo del colmado” y hasta “Lo de la chulería”). El sistema no falla. ¡Trátelo! Y este es el sexto consejo.

El infierno y el cielo son los demás

Nuestro séptimo consejo gira en torno a quienes nos rodean y la importancia que le damos a la opinión de los demás.

Pedrito estaba perfectamente feliz con la “yipetica” usada negra de RD$500 mil. Le encantaba su bajo consumo y cómo se manejaba. Sus dudas surgieron a partir del consejo que un amigo (que trabajaba en un banco), que le dio de que lo mejor era comprar algo nuevo, y que esas condiciones de “feria” eran únicas e irrepetibles.

No es que haya malicia en el consejo del banquero. Tampoco la hay en el vendedor del vehículo. Pedrito lo que debe entender es que sus trabajos son prestar y vender. ¿El de él? Cuidar su dinero.

¿La moraleja? No dejarnos llevar por los demás. Lamentablemente, lo hacemos. Y muy comúnmente. Ese, estoy seguro, es el camino al infierno: Cuando el competir con el otro, o dejarte llevar por los demás, se convierte en el norte de tus decisiones al momento de consumir.

Octavo: Claro, una cosa es decirlo, otra es no dejarse llevar. ¿Cómo hacerlo? Simple: Definiendo lo importante para ti, no para tu vecino, tu amigo o el comercio.

Noveno: Apóyate en quien comparte tus metas. Tu pareja o algún familiar. Y si se regalan tiempo para pensar, sin dejarse llevar por la locura de la manada de un “Black Friday”, ¡tantísimo mejor!

¿Qué decidió Pedrito? Compró su “Negri” de segunda mano. Tú, ¿qué harías?

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