Decálogo para cuidar tu bolsillo

Los 10 consejos para controlar tus finanzas personales

Hay algunas ideas que, con el paso del tiempo, veo que repito recurrentemente, en la radio, la televisión, en las redes sociales o en este espacio que desde hace cinco años muchas veces he dedicado a la educación en las finanzas personales de nuestros lectores.

Repito los conceptos, en la forma de consejos o «tips», en reacción a preguntas e inquietudes recibidas de forma reiterada. Existe, por lo visto, un vacío de información o formación en algunos de estos tópicos acerca de las finanzas personales que toca atender las veces que sea necesario.

Muchos de estos diez consejos o «Top 10» para cuidar tus finanzas personales y familiares son tan elementales que, dirán los más conocedores o expertos, no deberían siquiera escribirse. Pero más que escribirse, deben repetirse, aprenderse y vivirse para integrarlos en nuestro día a día económico.

Nuestras escuelas, nuestras autoridades, nuestras instituciones financieras y nuestras familias deberían todas abocarse a socializar muchos de estos conocimientos básicos sobre las finanzas personales utilizando los medios disponibles más efectivos.

Podría ser por medio de un juego, fascículo o «paquito» sobre el ahorro para nuestros hijos, una clase de finanzas personales en nuestros liceos o universidades para nuestros jóvenes o algún taller de finanzas personales en nuestros lugares de trabajo, iglesias o clubes para nuestros trabajadores.

La educación en finanzas personales  por sí sola no bastará para mejorar la economía del dominicano. Más importante, no me cabe la menor duda, es fortalecer su dominio de las matemáticas, desarrollar una cultura de disciplina, prioridades y planificación o que cuestionemos los valores de nuestra sociedad, cada vez más enfocada en el dinero fácil, lo superficial y el consumo.

Nunca es tarde para aprender sobre finanzas personales. Aunque es mejor prevenir, y educarnos antes de «meter la pata», igual aprendemos metiéndola. Quizás, incluso, la metamos más de una vez. La clave es, en definitiva, aprender de las experiencias.

Ojalá que este simple decálogo sea útil, aunque sea para motivar la conversación en el hogar, el aula, la fábrica o la oficina. Sería un buen primer paso para controlar tus finanzas personales.

10 consejos de tu escribidor para mejorar tus finanzas personales

Primer consejo: Conoce, cuida y corrige tu historial de crédito

Acceder a él en uno de nuestros burós de crédito ahora es gratuito y fácil. En DataCrédito (809-533-4419) lo puedes visualizar hasta 3 veces al año, incluyendo tu «score» de crédito. También accedes a tu historial en www.transunion.com.do gratis 1 vez al año. Hazlo. En ambos burós, anualmente.

Segundo consejo: Conoce las tasas de interés del mercado, recuerda que cambian y actualiza siempre la de tus préstamos e inversiones

En mis encuestas, típicamente el 50% de las personas no sabe cuándo le corresponde revisión a la tasa de sus préstamos o de sus depósitos a plazo fijo. Igualmente desconocen cómo andan las condiciones en el mercado. Es fundamental conocer ambos datos para negociar lo mejor posible.

Tercer consejo: Los huevos, las canastas y tu dinero

Todos debemos diversificarnos, aunque tampoco recomiendo fragmentarse excesivamente. Considera mantener 30% de tu ahorro, como mínimo, en US$. Por igual, concentrar todo tu dinero en una sola inversión, activo o entidad financiera es algo que, en la medida de lo posible, debes evitar.

Cuarto consejo: Distingue las deudas buenas de las malas… y evita las malas

De entrada: las tarjetas de crédito NO se hicieron para financiarte, salvo que tengas una emergencia extraordinaria. Siempre (¡siempre!) paga el monto total adeudado a la fecha de corte. Sólo usa tus plásticos para hacer tus consumos planificados. Aléjate de préstamos personales con altas tasas, de informales o usureros y de otras deudas malas y sin sentido.

Quinto consejo:  Evita el secuestro del ahorro o pagar al banco para usar tu propio dinero

Si acumulaste un ahorro importante, no tengas miedo de utilizarlo cuando llegue el momento. Si ahorraste una vez, puedes hacerlo de nuevo perfectamente. No caigas en el gancho de pagarle al banco una comisión de 6% o 9% poniendo tu dinero en garantía para que te presten parte de él.

Sexto consejo: Invierte en tu futuro: págate a ti mismo primero

Todos podemos ahorrar. Es asunto de disciplina, propósito y deseo. Ahorra como mínimo 10% de tus ingresos. (Lee #7 abajo.) Si no puedes el 10%, inicia ahorrando el 1% y poco a poco llega hasta la meta. Programa transferencias automáticas o dile a tu Dpto. de Nómina que transfiera tu ahorro programado de forma automática, a una cuenta especial.

Séptimo consejo: Ahorra e invierte con un propósito siempre

Debes ir más allá de «ahorrar por ahorrar» o de «yo ahorro el 10% de mis ingresos». Ponle un propósito a tus ahorros. Te motivará a mantenerte firme con tu plan y a lograr tus objetivos. Además, ponerle «nombre y apellido» te obligará a definir esos objetivos personales a mediano y largo plazo.

Octavo consejo: Maximiza el rendimiento de tu ahorro, considera opciones de inversión para tu dinero

Las cuentas de ahorro son para ir acumulando tus fondos por un tiempo, no para dejarlos ahí indefinidamente. Luego que tengas un cierto monto, considera invertir parte de tu ahorro en depósitos a plazo fijo y, quizás, hasta en el mercado de valores. Ojo: debes asesorarte antes, pero vale la pena hacerlo.

Noveno consejo: Piensa antes de consumir y consume con frugalidad e inteligencia

Las compras impulsivas son una de las principales razones por las cuales destruimos nuestras finanzas personales y hasta familiares. Piensa antes de comprar algo y mientras más grande sea ese «algo», más tiempo debes posponer tu decisión de compra para pensarlo aún más.

Décimo consejo: Toma financiamientos con inteligencia y, siempre, con un propósito

Entiendo el por qué te vas a endeudar o por qué estás endeudado. Asegúrate de financiarte sólo para un activo o fin productivo, no para financiar algo efímero. En el caso de los hipotecarios, evita plazos excesivamente largos (más allá de 15 años, por ejemplo). Recuerda que no sólo cuesta la tasa de interés, también calcula cuánto te cobraron en comisiones.

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