José ya no sabe qué hacer. Tiene dos tarjetas de crédito “hasta el cuello”, con un saldo de deuda importante que, aunque ha intentado reducir, no baja. Todos los meses solo hace el pago mínimo. Como está pagando un interés de 60% anual, se pregunta: “Y si hago un acuerdo o plan de pago, ¿será mejor para mis finanzas?”
La situación de Roberto es más complicada. Hace dos años, en plena crisis financiera por un divorcio complicado y la inesperada pérdida de su empleo, dejó de pagar sus tarjetas de crédito. Últimamente logró superarse y tiene una liquidez mucho más sana. “¿Será que llamo a la oficina de cobros para ver si llego a un acuerdo de pago? ¿Me convendrá?”, se pregunta.
Decenas de miles de dominicanos suscriben acuerdos de pago o planes de pago, sea con bancos, sus gestores de cobro o las oficinas de abogados de cobros compulsivos. Muchos no están al tanto de las implicaciones de este tipo de compromiso y piensan que es la panacea para resolver sus problemas crediticios.